AdiÓs veRAnO

Otro verano austral está por terminar – por cierto nuestros veranos son más calurosos que los del hemisferio norte. Nunca me gustaron los veranos, y es porque ellos traen consigo un calor abochornante que a uno le quitan las ganas de hacer cualquier cosa.

Para muchas personas el verano es sinónimo de playa, bikinis, vacaciones del cole, bikinis, helados, bikinis, vacaciones de la universidad o del trabajo y etcétera. Este verano me lo pasé no muy ocupado, al menos descansé de todo lo que sucede durante mi agotador año, al menos hice cosas distintas, como mi papá decía “vacaciones es hacer otra actividad”, aunque siempre lo detesté por decir esa frase, pues la decía con la intención que pase mis vacaciones ayudándole en su trabajo grrrr….

Se acaba el verano dejándome un ardor en la garganta que cómo hubiera deseado sea por exceso de helados, pero no, este ardor en mi garganta es simplemente porque sí. Porque siempre ha sido así, siempre he tenido la tendencia de enfermarme, la doctora dice que es un tipo de alergia, bueno supongo que debe tener razón.

Los helados han sido lo mejor del verano, si no fuera porque soy muy susceptible a enfermarme, y también por economía, comería helados todos los días del año, sin importar que mi pancita se empiece a dilatar en dirección horizontal. Pues los helados le han dado dulce a mi verano, han enfriado mis calurosas entrañas que se asfixiaban en el abochornante calor limeño. Gracias HELADOS.

Otra de las cosas que puedo rescatar del verano, son los atardeceres, me encanta verlos, en otras estaciones del año no es tan común ver un atardecer tan a menudo como en el verano. Así que este verano lo aproveché para ver la mayor cantidad de atardeceres, me conmueve el color naranja del ocaso y cómo se combina con el turquesa del moribundo cielo vespertino de verano.

Adiós Verano.