Yo tAmbiÉn QuIse SeR AsTrOnAutA

Estuve conversando con unos amigos y me di cuenta de que varios de nosotros tuvimos, alguna vez en nuestras vidas, la vocación de querer explorar las estrellas y soñamos todos con navegar por el espacio sideral en busca de nuevos satélites, colonizar nuevos planetas, conocer seres de otro planeta o de repente encontrar y saber cómo es el interior de un agujero negro.

A veces me pregunto qué sería de mi vida en estos momentos si hubiera dirigido mi vida rumbo al espacio exterior o si hubiera dirigido mi vida a alguna otra cosa distinta a la que hago, por ejemplo si hoy fuera un cartero, un monje shao – lin, un reportero de Discovery Channel o un jugador profesional de ajedrez. Pero siempre tenemos que elegir, y no es que esté disconforme con lo que ahora hago, sino que se me vino a la mente todo lo que me imaginé algún día ser.

Una decisión de qué hacer nos enrumba por un camino, yo disfruto mucho del camino en el que estoy, aunque no sea un mártir de la física al explorar el interior de los agujeros negros (por fortuna), aunque no sea un monje ermitaño del Tibet o aunque no descubra si la luna está hecha de queso o no (es que aún tengo mis dudas, ni los astronautas que han ido ni los robots me inspiran confianza).

A disfrutar nuestro camino.