Cada vez son más tristes

Son como más de las diez y a Sabina le da más o menos la misma hora, la mujer sin sombrero de Silvio sigue sin él y el Joaquín va por una aventura sexual en un hostal quién sabe de dónde, talvez de Atocha o de Madrid.
Busca un encuentro pa iluminar su día. Y anda por su calle melancolía. Y aunque intenta cambiarse a la calle de la alegría, al menos encuentra un momento pa silbar su melodía y ser feliz. Ya no quiere pasar por el viejo boulevard, aquel por donde pasan de largo los terremotos.


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