FloR

Cuando llegué a casa en la noche vi que habían comprado flores. A papá le gusta mucho traer flores. Le parece que siempre se ven bonitas en la mesa, a mí también me agradan mucho. Noté que habían unas que me parecían especialmente hermosas (le llevaré una mañana, pensé). A la mañana siguiente después de mi rápido desayuno cotidiano la corté de mi florero y la puse en una bolsa de cartón para que no se maltrate, lucía hermosa esa nublada mañana de junio.

Se la llevaría a la salida de la academia y la sorprenderé, tenía mi plan y según horario. Ella salía como a la 1 y estuve unos cuantos minutos antes, nada podía salir mal, todo estaba perfecto. Pensaba en un inicio esperar a que salga, mejor no, no vaya a ser que no la vea, mejor la llamo así que la llamé a su celular, pero no me contestó. La volví a llamar y tampoco me contestó. La bolsa de cartón que contenía mi obsequio debía ser entregada… al fin empezaron a salir, todo ese mar de chicos y chicas en donde debía estar ella, pero no la podía encontrar, quizás eran demasiadas personas o de repente no estaba en un buen lugar, no me contestaba. Seguramente no tenía su celular consigo o no quería contestarme, no eso no, quizás estaba en el modo silencioso o quizás quién sabe.

Los minutos como las personas iban pasando y mis llamadas no eran contestadas ya resignado luego de varios minutos… resignado no, no, una llamada más, quizás ahora sale, no, ella, no es ella… queriéndote descubrir en cada persona que cruce aquellas grandes rejas, queriéndote encontrar detrás de mí, seguro que te estabas escondiendo para sorprenderme, aunque era yo quien pensaba hacerlo, pero no. No aparecías, seguro que me mirabas de algún lado, seguro que no o si ¿? Quiero decirte muchas cosas justo ahora, pero no estás, lo pienso y espero que lo hayas oído.

Me siento aún cerca de la puerta a pesar de que ya no salen personas, terco yo "quizás esté aún en clase" almuerzo frente a la puerta y con o sin gusto o sin nada, vigilo aún cada grupo de jóvenes que esporádicamente va cruzando la calle.

No te encontré, no te di la flor, no te dije que t-a-u-ch, no te di un beso en la mejilla, espero que a la distancia al menos lo hayas sentido.

Un poco o muy dolido quién sabe, me pongo de pie y decido irme aún pensando en que aparecerías por detrás y me taparías los ojos o que te aparezcas de frente diciéndome lo distraído que soy que cómo no te pude haber visto, que me paso, pero no te encontré tampoco. No quería ver el interior de la bolsa de cartón, no quería ver cómo estaría la flor.

De noche inevitablemente en casa saqué la flor de la bolsa y ya no tenía la misma belleza de la noche anterior, pero aún despedía un aroma muy suave. Las flores pierden su belleza cuando las sacas del jardín o del florero, se marchitan. Guardo la flor, prendo la pc y escribo un poco. La flor se marchita, pero mi amor aún florece.