...
La inestabilidad me embarga nuevamente , no entiendo este sentimiento, siempre débil, siempre... el mismo de toda la vida...
La sal de las lágrimas terminan por consumirme en el inexplicablemente inevitable llanto, ni siquiera me concentro al escribir. La lejanía y cercanía de las voces escarban en lo más hondo de mis penas.
Los gritos y los pasos recorren los pasadizos olvidados de los recuerdos de mi mente...
Y otra vez me quedo en el esondite de mi silencio y de la oscuridad de mi cuarto, queriendo decir... pero me detengo en el ahogo de una palabra que muere en el intento de ser dicha...
La sal de las lágrimas terminan por consumirme en el inexplicablemente inevitable llanto, ni siquiera me concentro al escribir. La lejanía y cercanía de las voces escarban en lo más hondo de mis penas.
Los gritos y los pasos recorren los pasadizos olvidados de los recuerdos de mi mente...
Y otra vez me quedo en el esondite de mi silencio y de la oscuridad de mi cuarto, queriendo decir... pero me detengo en el ahogo de una palabra que muere en el intento de ser dicha...
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